jueves, 17 de enero de 2008

Love me or leave me

No hacía frío, para nada, aunque empezó a llover. Primero muy poquito, pero estábamos debajo de un árbol que no nos dejaba mojar. Sentados en una banca de parque, que trató de robarme mi collar de corazones. El dorado. El que me recuerda que debo creer en mis instintos y en esas corazonadas tan fuertes que me dan. Como un calambre en el corazón.

De los árboles caían ramitas que hacían ruidos sin querer, ruidos como suspiros. Y es que las ramas no querían interrumpir, sólo querían ver más de cerca y caer, como caen las ramitas. Había muchas hojas en el piso y luego, mucho más tarde, a la vuelta, vimos un caracol que caminaba rapidísimo iluminado por la luz de un bombillo que me recordó que en la noche pasan muchas cosas y que hay muchas cosas que se dejan ver de noche.

Y toda la noche, toda la noche, lo único que sentí fue amor. Y lo único que quería decir todo el tiempo es que estaba sintiendo amor y que el amor me asusta. Y que me asusta más cuando me mira fijamente y sin gafas, con cara de amor también. Y pasaron rápido esa noche y esa madrugada llenas de lluvia, pero no importa, lo único que sentí fue amor. Y estaba segura de que al otro día me tocaba soltar ese amorcito que parece sentir amorcito también por mí. Y no importa, sentí amor.

No hay comentarios: