martes, 29 de julio de 2008

Con memoria

Todavía no entiendo si el corazón es un órgano con memoria. Como cuando cuentan esas historias de terror en que el protagonista recibe el trasplante de un miembro o un órgano de alguien más: un asesino, una bailarina, no sé. Y la pierna nueva baila, y la mano nueva mata... cosas así.

Bueno, pues yo creo que mi corazón no tiene memoria, como yo. O que se hace el loco. Porque el tiempo le pasa y se le olvida saltar con lo que saltaba antes.

Si alguien más tuviera mi corazón, me gustaría que sintiera la emoción que yo sentí alguna vez cuando me saltaba sin importar la razón.

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