martes, 10 de febrero de 2009

Con la cabeza hinchada

No quiero tanto ruido.
Las voces reverberan por todas partes y no puedo pensar.
Tengo mil ideas y no me puedo concentrar.
Ahora mismo no me puedo dar el lujo de perder el tiempo.
¿Alguna idea que me pueda ayudar?

3 comentarios:

e l e n a n o dijo...

Idem... Yo me siento como en el separador de la séptima con secenta y tres y no logro pasar la calle... Si sabes, con la angustia de que mi semáformo nunca cambia y yo ya no le entiendo a nadie, solo oigo un pito en la cabeza y no es precisamente el del bus...

CarolinaVK dijo...

¿Será el encierro? ¿Será que el cerebro no está diciendo que sin querer nos estamos conformando y no queremos?

e l e n a n o dijo...

Yo trato de no creer lo que el cerebro me dice, por que la mayoría de las veces me engaña... pero el que en realidad me sopla es el corazón, yo solita no me doy cuenta.
Al final llego a un consenso con la barriga y tomo una decición, que en este caso fue esperar a la luz verde y mirar para los dos lados. ¡La democracia orgánica es una buena metodología!
te extraño...